La detección de patologías auditivas ha sido uno de nuestros pilares, siendo así, en el año 2018 decidimos incluir en nuestro portafolio la identificación temprana de perdidas auditivas o hipoacusia en los recién nacidos para optimizar las competencias lingüísticas y desarrollo del aprendizaje de los niños sordos o con pérdida auditiva con el fin de prevenir y minimizar los efectos adversos sobre la vida y el futuro de nuestros niños.
CONSECUENCIA DE NO REALIZACIÓN:
- Debido a un diagnóstico tardío (Segundo y tercer año de vida) se pierde el periodo más crucial para la estimulación de la vía auditiva que comienza al nacer y se extiende hasta los 3 años de vida.
- Problemas de comunicación y acceso limitado a servicios: pueden tener efectos importantes en la vida cotidiana y generar sensación de soledad, aislamiento y frustración.
- Una persona con sordera congénita que no haya tenido la oportunidad de aprender en la infancia alguna forma de comunicación oral o por lenguaje de signos, podría sentirse muy excluida de la vida social.